
En diciembre de 2024 la Organización Internacional del Cacao (ICCO, por su sigla en inglés), señaló que «los futuros del cacao terminaron» con un fuerte aumento. «Hasta ahora, las condiciones climáticas han sostenido los precios», acotó en su reporte mensual.
Para este negocio el clima es fundamental, así como el entorno de las plantaciones. Y precisamente para evitar este obstáculo, en la década de los 60, el agrónomo ecuatoriano Homero Castro Zurita hizo un injerto de varias cepas de cacao para combatir las plagas que azotaban los cultivos tradicionales.
El resultado fue el CCN-51, acrónimo que lleva una c por colección, la otra por el apellido del científico y una n por la zona donde se dio con el descubrimiento, Naranjal, al sur de la región litoral del Ecuador. El número es por las veces que Castro Zurita intentó conseguirlo.
La variedad Colección Castro Naranjal 51 es un clon del cacao que se produce rápido, lo que permite incrementar el volumen para cantidades industriales y es mucho más resistente para ambientes desfavorables. Sin embargo, desentraña una alerta para el medioambiente.
BIODIVERSIDAD EN PELIGRO
A fines del año pasado, el presidente de Paccari, Santiago Peralta, fue contundente. «Este clon está invadiendo el mundo», contó a la plataforma Viva El Cacao. «¿Cómo voy a tener un chocolate, especial, campeón mundial si es con CCN-51? Con eso no se gana nada», añadió.
Los chocolates Paccari son considerados de los mejores en calidad y en ética del mundo. Cuando le preguntaron a Peralta si su compañía usaba este componente, su respuesta también fue tajante: «No usamos CCN-51».
«Para mí el CCN-51 sí, produce mucho, pero es como que cortemos todos los árboles de cacao y tengamos solamente uno que sea superproductivo. ¿Y el sabor?», interrogó.
Sitios especializados, como Perfect Daily Grind (PDG), han mencionado que el CCN–51 se introdujo como una solución a corto plazo para asegurar la supervivencia de la industria del cacao. Sin embargo, la demanda de productividad alta llevó a preferir cantidad antes que calidad.
Este clon «ha desplazado a variedades que, de otro modo, podrían contribuir a la diversidad del paisaje de cacao», apuntó PDG. Una ecuación que deja por fuera variantes que potencialmente tendrían mejor sabor.
Además, aunque la creación de Castro Zurita puede tolerar las enfermedades y los climas actuales, data de una época sin crisis climática. Si se emplea masivamente en el planeta, se podría perder una diversidad genética que, a su vez, podría reducir la red de protección para futuras problemáticas.
En pleno 2025, cuando las estaciones tienden a ser más extremas y las temperaturas fluctúan, se necesitarán más las variedades de cacao nativas y tradicionales que «pueden poseer rasgos que ayudan en la adaptación a estos nuevos ambientes».
«El 95 % del cacao del Perú es CCN-51, el 80-90 % de Colombia ya es CCN-5», aseveró Peralta. «El día que venga la plaga del CCN-5, 95 % del Perú se va al carajo, 80 % de Colombia se va al carajo», advirtió.
#Manabí| A través de articulación interinstitucional entre el GAD parroquial La América, @AgriculturaEc , @GAD_Jipijapa y la @PrefecturManabi, hicimos entrega de 40.000 plantas de cacao injertado CCN-51 a 135 productores agrícolas del sector.#ElNuevoEcuadorResuelve 🇪🇨🇪🇨 pic.twitter.com/du7fOiauzR
— Agricultura Coordinación Zona 4 (@Agricultura_CZ4) January 31, 2025