
La industria minera mundial, que genera más de 13 mil millones de toneladas de relaves al año, debe abandonar la «trayectoria actual» y adoptar un modelo más integrado, innovador y colaborativo. Esta fue la conclusión central de la conferencia magistral ofrecida por Douglas Aitken y Nathalie Jamett, expertos de SMI-ICE Chile, en el Foro Tecnología, Innovación y Sostenibilidad (Foro TIS) de PERUMIN 37.
La ponencia abordó el diseño de sistemas holísticos para el procesamiento de minerales y la metalurgia extractiva, destacando que la integración es la única vía para abordar desafíos como la escasez de agua y energía y la mayor exigencia social. El riesgo de continuar operando con estructuras rígidas y falta de integración entre áreas frena el avance sostenible.
Jamett señaló que las nuevas tendencias convergen en una operación más segura y autónoma, con foco en la economía circular y la robótica. La adopción de tecnología, como la Flotación de Partículas Gruesas (CPF), tiene el potencial de reducir el consumo de energía en molienda hasta en un 40% y contribuir a la disposición más segura de relaves.
Necesitan integración
Sin embargo, Aitken advirtió que muchos proyectos de modernización no están obteniendo los resultados esperados. Las implementaciones se realizan de forma poco estratégica, sin considerar la integración con otros procesos.
“La implementación de nuevas tecnologías es sumamente clave para avanzar en una minería más productiva y sostenible, pero lo que hemos visto es que está hecha de una manera poco estratégica y no tienen los resultados esperados”, sostuvo.
La integración holística, impulsada por la Inteligencia Artificial, permite a las mineras diseñar sistemas para reducir el consumo de agua continental y generar relaves más estables y seguros, Jamett recalcó que el objetivo es que esta eficiencia impacte positivamente a las comunidades locales, respondiendo al desafío de compartir los recursos hídricos.
Superar la mentalidad de “silos” requiere una estrategia público-privada intersectorial que elimine las barreras organizacionales y regulatorias.
“Es indispensable que el sector, la academia y el Estado colaboren para integrar estratégicamente las nuevas tecnologías a lo largo de toda la cadena de valor y asegurar un futuro sostenible”, concluyó.