
China ha dado un paso significativo hacia la transición de fuentes de energía más limpias y sostenibles. La iniciativa, anunciada por el gobierno chino en Pekín, tiene como objetivo no solo aumentar la capacidad de generación de energía solar del país, sino también abordar los desafíos ambientales y energéticos a los que se enfrenta China.
El programa, llamado «Sol Brillante», tiene como objetivo instalar un total de 150 gigavatios (GW) de capacidad de energía solar para 2030. Esto implicaría una inversión significativa en la construcción de parques solares y la instalación de paneles solares en techos de edificios residenciales y comerciales en todo el país. Se espera que esta inversión masiva no solo reduzca la dependencia de China de los combustibles fósiles, sino que también ayude a abordar los problemas de contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero.
El presidente chino, Li Wei, destacó la importancia de la sostenibilidad y la innovación en el desarrollo del país. «Nuestra visión es crear un futuro en el que China dependa en gran medida de fuentes de energía limpias y renovables», afirmó el presidente Li. «El programa ‘Sol Brillante’ marca un paso crucial hacia ese objetivo y demuestra nuestro compromiso con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático».
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La iniciativa también tiene como objetivo impulsar la industria de energía solar de China, creando empleos y oportunidades económicas en el sector de las energías renovables. Además, se espera que la expansión de la energía solar tenga un impacto positivo en las comunidades locales, especialmente en áreas rurales donde se pueden establecer parques solares.
China es uno de los mayores productores de paneles solares del mundo y ha demostrado un compromiso continuo con la inversión en energías renovables. Con «Sol Brillante», el país se posiciona como un líder en la transición hacia una economía más sostenible y podría influir en otras naciones para adoptar medidas similares en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.
Por: Arlet Peña Lopez